lunes, 25 de febrero de 2008

Violencia Policial: El sufrimiento de nuestros Pichikeche

Un 20 de noviembre 1989, la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención de los Derechos del Niño. Dicha convención contiene los derechos minímos que todo niño y niña debería tener garantizados por parte de los estados, independientemente de la nacionalidad...

No está demás darle un vistazo: Convención de los Derechos del Niño

En teoría, al ratificar un estado una convención internacional como la de los Derechos del Niño, dichos derechos pasan a ser parte de la normativa interna del estado. Por tal razón, el estado en cuestión debería garantizar que dichos derechos jamás sean vulnerados.

Como el estado de Chile nunca se queda atrás en lo que a Derechos Humanos se refiere, también se ha suscrito a esta convención. Según el sitio web de la Unicef en Chile (http://www.unicef.cl/):

"Chile firmó y suscribió la Convención de los Derechos del Niño junto a otros 57 países el 26 de enero de 1990. El 10 de julio de ese año fue aprobada unánimamente por ambas ramas del Congreso y ratificada ante Naciones Unidas el 13 de agosto. El día 14 de agosto de 1990 fue promulgada como ley mediante el Decreto Supremo 830 del Ministerio Relaciones Exteriores de Chile, el cual fue publicado en el Diario Oficial del 27 de septiembre de 1990, fecha en que la Convención entró en vigencia en Chile."

Hemos visto que desde el fin de la dictadura, se comenzaron a difundir fuertemente los Derechos Humanos y el deber que tiene el estado como garante (y no como violador ) de estos derechos tan escenciales. Recuerdo muchas campañas televisivas, radiales y escritas difundiendo los Derechos del Niño, de la Mujer, de las minorías, etc., etc...

Sin embargo, en los últimos años se observa que la difusión de los Derechos Humanos en los medios de comunicación va en disminución. ¿Por que será? ¿Se estará ocultando algo? ¿Qué pasó con el "para que nunca más en Chile"?

Si creemos que hoy, en este país llamado Chile, ya no se cometen violaciones a los derechos humanos, estámos vergonzosamente equivocados. Esto quizás se deba a que no somos capaces de mirar hacia el lado y nos dejamos doblegar muy fácilmente por este sistema que nos va conviertiendo en autómatas.

Dicen que "una imagen vale más que mil palabras" (disculpar la falta de creatividad), y es cierto....

A continuación algunas imágenes que nos apretarán el piuke de rabia y llenerá nuestro püllü de tristeza:





¿Se sacó la venda de los ojos? ¿Necesita ver más?

Nuestros Pichikeche son objeto de interrogatorios ilegales y torturas, tanto físicas como sicológicas. Viven con miedo.

Gracias a los senderos en que me han encaminado nuestros KuifiKeChe Yem, nuestros Tremtu y nuestro Chau Wenteyao, he podido conocer la comunidad de Temu Kui Kui (Temucuicui), en Ercilla, y presenciar por mi mismo las secuelas que han dejado las incursiones militares (porque eso son) de la policia chilena sobre dicha comunidad. Muchos niños de Temucuicui lloran por el terror que les causan los helicópteros de carabineros que sobrevuelan el sector y corren a esconderse cuando oyen el sonido de los carros policiales al efectuar "vigilancia" por los caminos pedregosos de la comunidad.

Lo más triste es observar que algunos niños están creciendo con odio y deseos de venganza por las torturas y humillaciones que carabineros de chile ejerce sobre ellos al allanar las modestas viviendas de nuestros hermanos y hermanas, buscando quién sabe qué diablos y sin una orden emanda de las autoridades (in)competentes.


He escuchado a un pichiche (cuya identidad me reservaré) decir "cuando crezca le voy a quitar todas las pistolas a esos pacos ·$@#€%¬& y los voy a matar a todos porque le dispararon a mi casa y le pegaron a mi mamá". Escuchar palabras así de un niño que no tiene más de 5 años y que sólo debería conocer de juegos, de las tradiciones y lengua de nuestra raza, la rectitud de nuestros ancestros y de algunos "adelantos" de la vida occidental; ver los ojos llenos de dolor y miedo con que aquella noche sacó de su mente de niño aquellos pensamientos tan sombríos, ha sido una visión que me marcó para toda la vida y que hoy, más que ayer, me hace tomar newen para aportar en la reconstrucción de nuestra Nación y lograr que, de una vez y para siempre, mi gente viva en paz como lo que somos: MAPUNCHE.

Afi tañi nemül.

Masrichiweu!!!

domingo, 24 de febrero de 2008

Rodrigo Rojas (UDP) y su Carta al Director de El Mercurio (11.02.2008)

Hace unos días me legó un correo pidiendo mi apoyo para protestar en contra de una carta de un tal Rodrigo Rojas, Director Escuela de Literatura de la Universidad Diego Portales, (aparecida en nuestro querido diario "El Mercurio" el 11.02.2008). Así que leí dicha carta, la a continuación se presenta en forma íntegra:




Lunes 11 de Febrero de 2008

Mapuche

Señor Director:

Gracias al señor Villalobos me entero de que los mapuche no existen; perdón me expresé en mapuzungun, quise decir los araucanos. ¿En qué minuto sucedió? Seguramente fue por su capacidad de adaptación, tanto que les gustó el caballo, el hierro y ahora la internet y el Partido Separatista Vasco. Todas éstas son señales de que ha desaparecido su cultura. Por supuesto, sólo la nuestra, la cultura dominante, ese vástago casi occidental, tiene el privilegio de imitar al mundo industrializado y de cambiar para adaptarse sin perder su identidad. Lo sospechaba, pero no me atrevía a decirlo. Ahora que lo afirma alguien que goza de la autoridad conferida por los cartapacios de la educación formal, lo puedo repetir: el mapuche no existe.

Los libros publicados en esa lengua (en ediciones bilingües) son nada más que una moda étnica de autores como Leonel Lienlaf, Elicura Chihuailaf, Jaime Huenún, Jacqueline Canihuán, Adriana Paredes Pinda, entre muchos. Un albañil de Cerro Navia, David Añiñir, un día se levantó por la mañana y decidió convencer a sus padres, emigrados de reservaciones indígenas, de que él era mapuche. También fingió frente a sus vecinos que era un peñi, y ellos también venían fingiendo hace dos o tres generaciones, desde que instalaron su campamento en la periferia de Santiago-waria. Qué descaro, a ese albañil se le ocurrió escribir poemas con palabras mapuches incrustadas y al mismo tiempo declararse punk (¡un mapunky, imagínense!). Su libro Mapurbe también debe ser un capricho, y gracias a las tranquilizadoras palabras del señor Villalobos sabemos que habla de algo que no existe.

Rodrigo Rojas
Director Escuela de Literatura, UDP

Fuente: El Mercurio




Una vez salido de mi asombro inicial, pasé a una intranquilidad interna que se materializó en furia (y un par de garabatos en Winka Sungun). Pero pasados unos minutos, leí nuevamente la carta... ¿No podía ser que un académico pudiese publicar algo tan estúpido (¿O sí?) y ensañarse con un poeta Mapuche en particular (David Aniñir Guilitraro, peñi de quien no tengo antecedentes)?.
Esta bien, reconozco que hay por ahí muchos académicos que nos aborrecen (sobretodo los del área de la medicina que no conciben la existencia de médicos Mapuche), académicos que aprovechan su pedestal para negar nuestra existencia o simplemente para humillarnos (ojo no son todos).
Lamentablemente este fenómeno no sólo ocurre en universidades privadas.

Pero me desvié del tema.

Como tenía tiempo leí también los comentarios del artículo, donde escriben los de siempre:
  • Los "defensores" de la etnia Mapuche: "tenemos que respetar a nuestros mapuches".
  • Los "Mapurbes".
  • Los que dicen "los mapuches (araucanos) son chilenos. Y punto. Y que trabajen."
  • Los que alegan "lo que pasó con los mapuches fue algo horrible, pero yo y mi familia no tenemos por qué remediar la situación. No tenemos culpa".
  • Los nacionalistas: "En Chile somos todos chilenos. El que quiere ser diferente es un traidor a la patria y tiene que ir a la cárcel (idealmente a la horca)".
  • Los fervientes seguidores del omnisciente historiador Sergio Villalobos.
  • Los que afirman: "La culpa la tiene el gobierno de izquierda que les mete ideas a los araucanos".
  • Los que alegan por la plata: "Yo no estoy de acuerdo con que mis impuestos financien ngillatunes y libros de seudopoetas indígenas". (Esta clase de "columnistas" alegan pero no hacen nada)
  • Los "históricos": "... pero si es cosa de leer a Alonso de Ercilla. ¿Cómo alguien puede elogiar tanto a su enemigo?. Y que decir de Fray Félix de Augusta, estudió con ahínco un idioma admirable...". (Yo soy de este tipo, jajaja)
  • Otros.

En los últimos comentarios, otra académica de la universidad Diego Portales aclaró la ironía de las líneas escritas por el Director Escuela de Literatura de la universidad en cuestión.

Más allá del temita de la carta de Rodrigo Rojas, tenemos que agradecer al Sr. Sergio Villalobos por poner a disposición de toda la Nación Mapuche su propia figura para un ejercicio catártico que nos ayudará a liberar el "stress" que la cultura dominante nos provoca. Pasos a seguir:

  1. Ir al buscador Google y hacer click en Imágenes. (No estoy haciendo propaganda a Google, pero este buscador la lleva)
  2. Escribir el nombre "sergio villalobos".
  3. Seleccionar una de las imágenes de nuestro ínsigne defensor del aburrido seudonacionalismo chileno. (ojalá una de gran tamaño)
  4. Imprimir la imagen.
  5. Al aire libre, colocar la imagen en un poste.
  6. Tirelé piedras, basura, grítele, expláyese con un par de garabatos, o lo que se le ocurra. (Puede usar Witruwe, Waiki, Pilki, etc.)
  7. Si Ud. tiene los medios, puede adquirir dardos para disfrutar los beneficios de esta terapía en la comodidad de su Sruka (Ruka).
  8. PRECAUCIÓN: No haga muy público su ejercicio. (Pa' que le vamos a dar más "bola" a Villalobos)

Fentepui ta fachi wisrintu.

Muchai pewuwayen mai.

viernes, 1 de febrero de 2008

Consecuencias...



... y pensar que muchos chilenos aún no quieren creer que la lamüen Patricia Troncoso estuvo 112 días en huelga de hambre.
Los que alguna vez hemos estado en huelga de hambre (por un tiempo mucho menor que nuestra weichafü) por reclamar los derechos que se nos han negado sistemáticamente en este país, sabemos que es una situación que trae consecuencias físicas que probablemente no se borren hasta nuestra muerte.
Debemos aprender de los ejemplos de consecuencia de Alex Lemun, Matías Catrileo y Patricia Troncoso. Podemos no coincidir con ellos en el camino que nuestro pueblo-nación debe seguir, pero si realmente deseamos que nuestra raza no sea exterminada debemos luchar con la consecuencia con la que estos tres hermanos han luchado.
Newentuleimi, yafüleimi Lamüen Patricia!!!
Marichiweu!!!

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