jueves, 2 de febrero de 2012

Kanillo: un nütram de Zenón Rumian... Ñi l'aku


Hoy quiero compartir con todo aquel o aquella visitante, que se da el tiempo de leer cosas que a nadie parece importarle, un nütram de mi l'aku (el padre de mi padre) Zenón Rumian (Srüngi Antü) quien ya está en el pu alwe mapu (la otra tierra) a la espera de nuestro reencuentro para poder conversar allá lo que no se alcanzó a compartir en esta vida.

El nütram que presento en esta ocasión es la versión que él conocía respecto a Kanillo (¿Kangelu?¿Kanillü?¿Kangüllü?), ser que se desenvuelve tanto en el plano físico como en el espiritual y al que se le vincula con "el mal", la pobreza, la sequía y el sufrimiento.

Probablemente las y los no williche no tengan la menor idea de a quien me refiero... Quizás sea necesario que revisen este artículo:

Millalikan: El Ngillatun del Territorio de los Künko: la “Interrogación” (Parte IV)

El relato en cuestión fue registrado en una serie de cartillas llamadas "Historias de la Comunidad" por allá en el año 1995. Gracias a este nütram es posible aproximarse a la concepción mapunche williche del "bien" y del "mal", su interdependencia y límites difusos. Importante mencionar que la religión mapunche o mejor dicho el Kuyfi Müpiltun se aleja bastante de las imposiciones cristianas del "cielo", el "infierno", el "pecado", la "salvación" y "el juicio final", lo que no deja de ser bastante anecdótico para mí dado que mi abuelo era sumamente católico, resultado de 200 años de subyugación misional. Aún así tenía mucha claridad de cómo era nuestra antigua religión... Podría decir muy subjetivamente que era el mapunche casi perfecto.

Y sin mayor parloteo, aquí dejo "La historia del Canillo" transcrita textualmente del trabajo ya señalado:


Nombre relato: "La historia del Canillo"
Informante: Zenon Rumian
Sector: Pualhue

RELATO N° 5

"LA HISTORIA DEL CANILLO"

Habla una familia Mapuche que salía a trabajar en el día. Se hacían la comida con MUTI (mote), era la sopa que se preparaba con el trigo, la arveja, la yerba silvestre del campo y con bastante aliño. Este era uno de los alimentos que usaban los indígenas para alimentarse.

Esta familia tenía un niño menor llamado Canillo, era un niño pequeño que no crecía nunca, pasaron años y años y siempre estaba chiquitito y guatón.

Salían todos a trabajar al campo. El niño quedaba en la casa. Como era la costumbre no se preparaba comida a cada hora, sino que se preparaba una sola vez para todo el día, o a veces para dos días. La familia dejaba la comida guardada y al llegar en la tarde no encontraban nada. No se sabía que se hacía la comida, era tanta la comida y no había ni un perro ni un gato que se la pudiera comer, y todos los días lo mismo. De repente el dueño de casa, el papá, dijo: "Bueno, que esta pasando aquí, uno deja la comida, después llega con hambre y no hay nada". Sospechaban que podía ser el niño, ¿Cómo puede y dónde se va a echar tanta comida ese niño chico, y siendo que a él le daban de comer? Después dejaron colgada la olla en el caballete de la rukita, que era bien alto, igual se perdía la comida, seguían preguntándose, no encontra­ban ninguna explicación de lo que sucedía día a día.

Un día se les despertó la curiosidad y quisieron descubrir quien se comía la comida. Dejaron la olla arriba del caballete y salieron. Pero sólo se hicieron los que salían a trabajar y se quedaron afuera. Se fueron, se demoraron y después ellos miraron por la rendija de la casa, para ver que pasaba adentro.

Entonces Canillo, en cuanto quedó solo, él se estiró, creció para arriba y llegó hasta la olla comiéndose toda la comida. Ahí descubrieron quien era. El padre corrió donde su señora, que estaba más allá escondida, le dijo "mira ahí está, es el Canillo. No es buena gente, es el diablo que está aquí. Lo que vamos a hacer es tirarlo al agua. Si estoy seguro que es el diablo nada más, hay que tirarlo al agua". Ellos estaban a la orilla del mar, pescaron a Canillo y lo arrojaron dejándolo caer entre las profundidades del mar.

Desde que echaron al mar a Canillo, vino un calor que terminó con todas las sementeras, todas ellas se secaron. Pensaron que no iba a quedar nadie, iban a morir todos de hambre.

Y ahora ¿que hacer? Todo fue porque habían echado a Canillo al mar. Ahí nació la idea de hacer el NGUILLATUN, la rogativa, y por eso hicieron la primera rogativa. Toda la gente tuvo que irse al mar, hacer sacrificios, llevar harina tostada, mudai, diferentes alimentos para ir donde el taita Huentiao que ya estaba en el mar viviendo por mucho tiempo atrás.

El taita Huentiao vivía encantado en el mar de Pucatrihue. Los Mapuches caminaron hacia allí. Entonces dicen que Canillo voló del mar y se puso en el sol con una rama de Laurel Estaba ahí y él no iba a bajar hasta que hubiesen muerto todos ¿por que habían hecho eso con él? La gente va toda al mar rogándole a Canillo que bajara del sol, para que pase el claro, venga la lluvia y se pueda volver a tener las sementeras. Huentiao también rogó y le dijo a Canillo que "¿por qué no bajas del sol?, que cese la sequía y que haya otra vez comida, para que la gente no se muera de hambre".

Canillo dijo “¡NO!, yo no quiero, porque me hicieron ese mal tan grande".

Así pasó un tiempo con Canillo en el sol y la gente muriéndose de hambre. Parecía que nunca iba a acabar que nunca la gente volvería a comer, que el pueblo Mapuche iba a desaparecer.

No hallaban que hacer para que el Canillo bajara. Después acordaron y le dijieron: "Mira taita Huentiao, Canillo es soltero y ¿Por qué no le das una hija?, creemos que así puede bajar". Buena idea, dijo el taita Huentiao, si él quiere casarse con mi hija está todo listo, y así el podrá bajar. Le ofrecieron en la misma rogativa la hija y Canillo se rió y dijo: “Bueno, si verdaderamente me da la hija Huentiao, entoces ahí si que yo bajo”, y bajó del sol Canillo con su Laurel y después Taita Huentiao le dio la hija.

Y se celebró el casamiento en el mar en la misma rogativa con toda la gente. Huentiao le dijo a Canillo; "Tu te quedas aquí, en mí casa, como eres mi yerno y nunca más salgas a hacer daño". Desde entonces Canillo quedó preso, así se terminaron las sequías.

Ahí quedó la rogativa y la idea del taita Huentiao. Si algo sucede hay que recurrir al taita Huentiao, él puede controlar la lluvia, la sequía, etc.



¡Notable!, ¿Verdad?

Me imagino que ahora comienzan a entenderse algunas cosas: por qué se le ruega al Taita Wenteyao por el buen tiempo, cómo se conciben "el bien" y "el mal", los matrimonios "espirituales", etc... Y hablando de matrimonios, Wenteyao tuvo más hijas que también se habrían casado con algunos importantes entidades espirituales de la Fütawillimapu, llamados hoy indistintamente como ngen, uno de los cuales está en serio peligro de ser destruido.

Por qué no aprovechar de decir que extraño mucho a mi abuelo, su presencia serena, sus manos firmes como el metal que trabajaba en su herrería, su voz profunda, sabia, intimidante y a la vez tierna, sus nütram y chascarros varios... ¿Cómo no recordar y sorprenderse que con más de 80 años pudiera barbechar más un cuarto de hectárea a puro azadón y cuesta arriba? ¿Cómo no recordar sus efímeros arranques de mapuchismo?

Lamento no haber tenido la madurez y el tiempo para escuchar y entender sus historias, muchas de las cuales he olvidado.

¿Cuantas cosas que aún no comprendo estaban explicadas en sus nütram?

No lo sé.

Lo que sí sé es que cuando me toque partir a la otra tierra me sentaré junto a él, comeremos, beberemos y conversaremos por un largo rato.

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