En esta oportunidad no haré una reedición de los textos de 2007 y 2008, pero sí intentaré clarificar algunos puntos y aportaré algunos detalles. Para ello es necesario revisar esta publicación:
En primer lugar, el “desalojo” del 19 de octubre de 1912 corresponde al segundo intento de expulsión de nuestros peñi y l'amuen del Fundo Forrahue. El primer intento, que se efectuó el día 14 de octubre, fracasó debido a la resistencia ejercida por la comunidad y que obligó el retiro de las fuerzas policiales. Ante la negativa de dejar sus (nuestras) tierras ancestrales, la prensa de la época inventó un conflicto que sólo podía resolverse por medios violentos aduciendo la existencia de armas e “indígenas sediciosos”, por tanto era necesaria la fuerza bruta para hacer cumplir la ley. Al día siguiente, 15 de octubre, una delegación de Forrahue, entre los que se encontraba Juan Acum, se dirigió a conversar con el gobernador de Osorno para denunciar los atropellos que se estaban cometiendo en contra de los Mapunche. El resultado: fueron detenidos, acusados de estar en estado de ebriedad y de portar municiones de escopeta. Paradójicamente fueron liberados antes de la masacre, para morir defendiendo su tierra.
Posterior al primer intento de desalojo el Apo Ülmen de Sragwe (Rahue), Francisco Nailef, viajó a Santiago para realizar las gestiones necesarias para impedir la expulsión de su gente. Durante su estadía en la capital del país vecino, se desencadenarían los hechos que dan origen a estas líneas.
Después de varias relecturas de las publicaciones que he subido a este blog referentes a la “Matanza de Forrahue”, me parece que no queda suficientemente explícita la intencionalidad por parte de las fuerzas policiales chilenas de asesinar a todo Mapuche que se opusiera al cumplimiento de la ley. Si bien me es imposible precisar si nuestras l'amuen y nuestros pichikeche se interpusieron en la línea de fuego o sí había mujeres y niños dentro de la casa de Juan Acum durante las descargas inmisericordes de carabineros, resulta evidente que para quienes abrieron fuego no importó la presencia de mujeres embarazadas o niños. Una masacre cortesía de la “civilización” occidental.
En la "Matanza de Forrahue" murieron al instante 13 de nuestros hermanos y dos de los heridos fallecieron días después en el hospital de Osorno, sumando un total (oficial) de 15 mapunche ejecutados sin cargos y sin juicio previo. Respecto a los nombres de los fallecidos existen ciertas contradicciones por lo que esta vez omitiré esa información.
Los cuerpos sin vida de nuestras y nuestros inkafo (defensoras/es), los heridos y los prisioneros fueron llevados a la ciudad de Osorno en las carretas dispuestas en un principio para el acarreo de las pertenencias de los desalojados. Los cadáveres de nuestra gente fueron derivados a la morgue de la policía en donde permanecieron un par de días sin que pudiesen ser vistos por sus familiares dado que carabineros prohibió el ingreso de todo Mapuche a la ciudad. El día 22 de octubre el gobernador interino de la época, Carlos Guillermo Fuschlocher, ordenó la intempestiva sepultación de los fallecidos a eso de las tres de la mañana “para evitar perturbaciones”… la humillación en su máxima expresión.
Es así como Atanasio Burgos, usurpó tierra mapuche con el amparo de la ley chilena. Sin embargo, tanto Atanasio como su hermano Onofre murieron unos años más tarde producto de su avaricia (“el que a hierro mata,…”).
En lo que respecta al procedimiento de desalojo de Forrahue, el resto de las viviendas fueron abandonadas sin incidentes.
Otro aspecto pertinente de destacar, es la posición que tomaron algunos actores de la época frente a la carnicería ocurrida en Forrahue. A continuación revisaremos algunas citas textuales, tomadas de la tesis “La Matanza de Forrahue y la Ocupación de las Tierras Huilliche” de Jorge Vergara del Solar:
- Durante una reunión realizada en la casa de Juan Acum los días 23 y 24 de octubre de 1912, Manuel Manquilef, Vicepresidente de la Sociedad Caupolicán, se dirigió a los Mapuche reunidos en Forrahue en estos términos: “…debían respetar las resoluciones judiciales, que no debían desobedecer a la autoridad, ni violar la propiedad privada como en esos momentos lo estaban haciendo. Que si algo deseaban, el señor Burgos estaba llano a concedérselos, como en efecto lo prometió allí mismo…” (Diario “La Unión”, 29 de octubre de 1912, Santiago).
- En una carta escrita por el misionero capuchino Félix de Augusta al director del diario “La Aurora” de Valdivia, publicada en el 22 de octubre de 1912, el sacerdote se pregunta “¿No era posible encontrar medio más suaves para reducir a estos indios revoltosos a la razón i entregarlos al brazo de la justicia para penar su crimen según las leyes ordinarias [sic]” y “¿No se presentan en este caso circunstancias que disminuyan en algo o tal vez mucho la culpabilidad de los indios?”. Agrega además, “concedo que la carnicería ha sido el medio más eficaz para la inmediata solución, pero no el único ni el más humano para alcanzar el mismo fin en algo más de tiempo”. En lo que respecta a la “responsabilidad” que nuestros hermanos y hermanas tuvieron en este suceso, Augusta afirma “parece que en lo de Forrahue hay lo que frecuentemente ocurre a los indios: pierden el pleito por no haber presentado a tiempo sus testigos; y por eso han perdido allí sus terrenos irreparablemente”. La carta concluye con una crítica a los usurpadores de tierras: “Quién tiene corazón cristiano, más bien renuncia a algo de sus riquezas antes que ver morir a tantas personas o verlos mutilados para siempre” (“La Aurora”, 22 de octubre de 1912).
- El senador por Valparaíso, Ángel Guarello (Partido Demócrata) criticó el accionar policial insistiendo en la responsabilidad del gobierno en el trágico desenlace de los acontecimientos. A su juicio “en esos sucesos existe delito, el delito de homicidio cometido por el jefe de carabineros encargado de dar cumplimiento a la orden judicial”, agregando que “no ha habido defensa legítima de parte de éstos [carabineros], porque los medios de defensa empleados por aquellos [Mapuche] no guardan relación con las armas de que disponía la fuerza pública” (“Sesión 5ta. estraordinaria en 22 de octubre de 1912”, en: Cámara de Senadores. Boletín de las sesiones estraordinarias en 1912 – 13. Tomo I, Imprenta Nacional, Santiago).
- El diputado Veas, dirigiéndose al presidente de la Cámara dijo “… de tiempo en tiempo i sin miramiento alguno se emplean armas de nuestro Ejército para masacrar a las clases trabajadoras sin compasión; i, dada la impunidad en que quedan estas matanzas, parece que se llevaron a efecto con el aplauso de nuestras clases dirigentes, particularmente con el aplauso del Gobierno” y que a los Mapuche (indios) “se pretende arrebatarle las tierras en que han nacido i conservado con sus esfuerzos i con el heroísmo de sus antepasados”. El diputado Veas fue más allá, pidiendo que el gobierno y el parlamento tomaran medidas “… a fin de dejar tranquilos en sus tierras a esos pobres indios, instalándose en sus verdaderas propiedades. I si por alguna casualidad ellas estuvieran gravadas, bastante derecho tienen para que el Estado pague esas deudas i los deje tranquilos en sus posesiones [sic]” (“Sesión 4ta. estraordinaria en 25 de octubre de 1912”, en: Cámara de Diputados. Boletín de las Sesiones estraordinarias en 1912-13. Tomo I. Santiago de Chile: Imprenta Nacional, 1912, pág. 76).
- El Ministro del Interior, Barros Errázuriz, quien estuvo al tanto del proceso de desalojo desde un comienzo (ordenando actuar con “prudencia y energía”), reaccionó de la siguiente forma ante las palabras del diputado Veas: “Si los oficiales de Carabineros no han obrado con prudencia, o de una manera culpable, puede estar seguro el honorable Diputado que el Gobierno procederá contra ellos” (“Sesión 4ta. estraordinaria en 25 de octubre de 1912”, en: Cámara de Diputados. Boletín de las Sesiones estraordinarias en 1912-13. Tomo I. Santiago de Chile: Imprenta Nacional, 1912, pág. 76).
- El fiscal militar a cargo de la investigación, Galvarino Andrade, en su informe afirma “… los carabineros procedieron en Forrahue con absoluta corrección y sin espíritu de crueldad. Agotados los medios, pacíficos y conciliadores, solo hicieron uso de sus armas, cuando fueron atacados y tuvieron bajas en su tropa [sic]”. Asimismo respecto al oficial encargado del desalojo asevera: “Cumplió el Mayor Frías con un doloroso deber, en resguardo de ser honroso y del prestigio y majestad de la ley [sic]” (Diario “El Progreso” de Osorno, 22 de noviembre de 1912).
¿Qué se puede decir de las declaraciones anteriores?
Evidentemente, en el caso de la Sociedad Caupolicán Defensora de La Araucanía vemos una actitud de resignación y complacencia que se opone fuertemente al espíritu que tomaría dicha agrupación después de la “marcación” con fuego del peñi Juan M. Painemal el año 1913.
En lo que respecta a la posición de Félix de Augusta, vemos que el sacerdote se manifiesta contrario al uso de la brutalidad, pero jamás se refiere a la legitimidad de la resistencia Mapuche y a la ilegitimidad de la ocupación chilena.
Observamos, también, una minoría parlamentaria chilena que denuncia las atrocidades cometidas por el estado y que es sofocada por las clases más acomodadas que dirigen Chile, con la venia del gobierno de turno. Es así como los asesinos quedan impunes y el atropello persiste.
Es curioso notar que todo lo que he expuesto hasta ahora parece replicarse en la actualidad.
Quizás el lector o lectora de estas líneas se pregunte el por qué escribir acerca de hechos tan dolorosos y que ocurrieron hace casi un siglo. También es probable que más de alguno o alguna piense que el autor detrás de estas letras profesa un “antichilenismo” o la separación total de la Nación Mapuche de la nación chilena...
Creo que es importante aclarar mis motivaciones y objetivos, pero eso será en otra oportunidad.
¡¡¡Fenten mañum tañi pu weñüy!!!
Fuente: Tesis para optar al grado de Licenciado en Antropología “La Matanza de Forrahue y la Ocupación de las Tierras Huilliche” de Jorge Vergara del Solar, Universidad Austral de Chile. Valdivia, 1991.
No hay comentarios:
Publicar un comentario